Ilusiones hiperrealistas

Como comentábamos anteriormente en otras entradas de este blog, llamamos percepción al proceso cognoscitivo a través del cual las personas son capaces de comprender su entorno y actuar en consecuencia a los impulsos que reciben. Se trata de entender y organizar los estímulos generados en el ambiente y darles un sentido.

Para algunos autores, sin embargo, la percepción no se trata únicamente de un proceso sensocognitivo. Más bien, es una función de la psique por medio de la cual se adapta e identifica información, tanto del mundo exterior, como de la propia existencia individual. Por otro lado, este proceso de percepción mantiene una relación muy estrecha con la subjetividad y la objetividad. No podemos olvidar que, al ser interpretada en la mente de cada persona, intervienen en ella elementos subjetivos, mientras que el objeto externo que ocupa un lugar en el espacio real es, necesariamente, objetivo.

No obstante, a pesar de que, como es evidente, la percepción normal de cada individuo pueda tener un cierto grado de subjetividad, en ciertas personas, como consecuencia de trastornos psíquicos, enfermedades orgánicas cerebrales o incluso debido al efecto de determinadas sustancias tóxicas, la percepción puede verse alterada. Es entonces, con la afectación de las áreas cerebrales sensitivas, que recogen, interpretan y organizar la información, cuando aparecen los denominados trastornos de la percepción.
Entre las principales alteraciones de la percepción nos podemos encontrar con algunas como la ilusión, la alucinación, las pseudopercepciones, los trastornos estésicos y las dismorfosias.

  • La ilusión

Una ilusión consiste en una idea equivocada, originada por una transformación de las percepciones reales, como consecuencia de la influencia de un estado emocional que altera la información obtenida. Basándonos en esto, podemos entender las ilusiones como percepciones que no corresponden a las características reales de los estímulos.

Las ilusiones tienden a presentarse con frecuencia en numerosas ocasiones. Un ejemplo muy conocido, en su caso relacionado con el campo visual, se trata de la Gioconda. Por un lado, su mirada te sigue allí donde vayas cuando te colocas frente al cuadro, mientras que, por otro, la representación de otras figuras que aparecen en nuestra mente, cuando nos fijamos en el cuadro al detalle. Para tener una ilusión son necesario los estímulos, así como que la persona sepa o esté en condiciones de darse cuenta de que lo que percibe está distorsionado.

  • La alucinación

En ella, el individuo está convencido de percibir un estímulo, sin embargo, este no existe. La alucinación se caracteriza por percibir el estímulo de una manera muy nítida porque la persona realmente cree en su existencia. Además, la persona mantiene una percepción objetiva hacia otros estímulos reales. Es el caso que se daría si una persona viene a un individuo que le saluda desde la lejanía cuando en realidad, en ese lugar no hay nadie. Por ello, las alucinaciones se presentan en numerosas ocasiones como características típicas de los tras-tornos mentales, aunque bien es cierto que también pueden estar causadas por otras situaciones como la fiebre o el consumo de drogas alucinógenas.

  • Las pseudopercepciones

Son alteraciones de la percepción que pueden ser concebidas como imágenes y pueden producirse en ausencia de estímulos. También pueden ser activadas aun cuando el estímulo que las originó ya no está presente.

  • Los trastornos estésicos

Son alteraciones de la percepción que se presentan en la intensidad de los estímulos. Existen tres tipos bien diferenciados:

1. Hiperestesia: el estímulo es percibido de una manera mucho más intensa de lo que en realidad es. Es decir, los sonidos o colores, entre otros, son intensificados por el cerebro y se perciben de una manera más viva. Un ejemplo sería una puerta que se cierra con total normalidad, pero que la persona con hiperestesia escucharía como un ruido extremadamente fuerte.

2. Hipoestesia: el estímulo se percibe con menor intensidad de la que realmente tiene. Por ejemplo, la visión apagada de los colores o el sabor insípido de la comida.

3. Anestesia: deja de producirse la sensación táctil. Por ejemplo, una persona que pone la mano sobre una sartén con aceite hirviendo y no es capaz de percibir que se está que-mando.

  • Las dismorfosias

Son producidas por una distorsión del estímulo. Este se percibe distorsionado, pero la persona reconoce que el estímulo es real y que es ella quien los está percibiendo de manera diferente.

Las alteraciones de la percepción, de algún modo, nos enajenan del contexto que nos rodea. Por lo tanto, dada la gravedad de algunas de las modalidades en las que se presentan, es necesario abordarlas desde el punto de vista psicológico o médico.

URL imagen La Noche Estrellada

URL imagen ilusión

URL imagen alucinación

URL imagen La persistencia de la memoria

Comentarios