Imagina ser... un niño de 4 años!

A partir de los 2 años, los seres humanos entramos en nuestra 2º fase del neurodesarrollo, conocida como etapa preoperacional. Lo más destacable es que en este momento adquirimos la capacidad de manejar el mundo de manera simbólica o mediante representaciones, es decir, ya no necesitamos ver las cosas de forma presencial, sino que podemos imaginarlas. Además, también aprendemos a pensar en hechos o personas ausentes, como por ejemplo, que añoramos a nuestra madre si no está con nosotros.

La pregunta que os puede surgir ahora es ¿cómo hace esto un ser tan pequeñito? Pues como todo niño, jugando. Seguramente todos podáis recordaros jugando con una caja de cartón, imaginando que era un castillo o un super coche, o utilizando un trozo de tela como capa de superhéroe. Bien, pues en ese momento estábamos desarrollando nuestro pensamiento representacional.

El juego simbólico, que así es como se le llama técnicamente, comienza con secuencias simples de conducta usando objetos reales. A los cuatro años ya somos capaces de crear un guion y representar varios papeles sociales, imitando hechos reales de nuestra vida o personajes de fantasía, que nos resultan muy atractivos. Todos hemos jugado alguna vez nosotros solos con varios muñecos, interpretando en voz alta a todos a la vez e inventando la historia sobre la marcha. Este tipo de juegos, además de favorecer nuestra creatividad e imaginación, también nos ayudan con nuestro siguiente tema a tratar, el lenguaje.

Los años preescolares son el periodo en el que desarrollamos el lenguaje más rápidamente. En este tema los pequeños son bastante prácticos, pues aprenden a utilizar primero palabras referentes a actividades (comer, jugar, cantar…) y a deseos propios (dame, cógeme, ayúdame…). Pero durante el periodo preoperacional es cuando realmente empezamos a utilizar las palabras para representar objetos ausentes y acontecimientos pasados.

También durante esta etapa sale a la luz nuestra vena más artística, es el momento en el que empezamos a dibujar. Estas pinturas revelan mucho sobre el pensamiento y los sentimientos del pequeño. Entre los 2 y los 3 años generalmente solo nos dedicamos a hacer borrones y líneas sin sentido, pero ya entre los 3 y 4 años comenzamos a combinar figuras geométricas como cuadrados, círculos, cruces y demás. La etapa representacional se inicia hacia los 4 o 5 años, cuando dibujamos casas, animales, personas y otros objetos que se nos pasan por la mente.

Por último, pero no menos importante, entre los 2 y los 7 años aprendemos a utilizar los números como herramienta del pensamiento. No podemos decir que de un momento para otro nos volvamos unos genios de las matemáticas, pues solo hay que ver las notas de bachillerato de algunos para comprobarlo, pero si que logramos entender algunos principios básicos del conteo, como que cada objeto solo se cuenta una vez, que los números siguen un orden, que el orden en el que se cuenten los objetos es irrelevante para saber cuantos hay, etc.

En conclusión, la etapa preoperacional es quizá el periodo en el que mejor podamos apreciar el neurodesarrollo humano, lleno de luces, pero con algunas sombras. Debemos recordar que se llama etapa PRE-operacional precisamente porque todavía no somos un ser humano operativo al 100%. Tenemos ciertas limitaciones que analizaremos… en el siguiente post.



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