La pobreza del sueño en niños autistas
En esta ocasión, siguiendo la línea del TEA, trataremos un breve post sobre los problemas de sueño que pueden presentar en su infancia.
Como ya comentábamos, al autismo se le denomina conjuntamente con el término "espectro" por la gran variedad de síntomas que presentan, entre ellos, los trastornos del sueño. Se comenta que entre el 50% y el 80 % de estos pequeños padece alguno de estos trastornos.
Y dentro de estos podemos encontrarnos insomnio primario o secundario o apnea del sueño, por un problema respiratorio o de falta de hierro. Pero la afectación más común es la alteración del ritmo circadiano. El ritmo circadiano es tener alterado el sueño dentro de las 24 horas del día y no diferenciar entre la noche y el día. Estos niños suelen dormir las horas que necesitan, pero repartidas por toda la jornada. Es decir, que podrían dormir una siesta de tres o más horas, para después no pegar ojo hasta las cinco de la mañana.
Esta desregulación del ritmo circadiano se debe a que los niños con autismo tienen un déficit enzimático que hace que muchos de ellos sinteticen menos melatonina, hormona que ayuda a conciliar el sueño.
Para ver un ejemplo, Teo es un niño de 12 años que fue diagnosticado con un TEA a los dos. Desde los dos a los cinco tuvo trastornos del sueño, y con mucho esfuerzo por parte de los padres, rutinas del sueño y otras terapias consiguió empezar a dormir mejor. Todo esto hasta el confinamiento, cuando de la noche a la mañana, todas esas rutinas consolidadas y mejoras se quebraron. Como ya comentamos en el primer post de esta serie, el confinamiento produjo en líneas generales, un aumento del nerviosismo, estrés, confusión e incluso malhumor en estos niños.
Actualmente Teo ha vuelvo a las sus clases TEA en su colegio convencional y al resto de sus actividades extraescolares, con lo que la recuperación de todas sus terapias de estimulación le han permitido retomar su rutina y sentirse mucho mejor.
Con todo esto, queremos una vez más concienciar sobre la hipersensibilidad que presentan estos niños, animar a todos los padres que han vivido esta situación o similares a tener paciencia y pensar por la calidad de vida de su hija o hijo, y reafirmar que todo el mundo es diferente y eso es lo más preciado que tenemos.
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