Nuestro software inicial
Desde el primer momento en el que un bebé ve el mundo ya lleva consigo una serie de “instrucciones predeterminadas” que lo ayudarán a sobrevivir en las nuevas circunstancias a las que se enfrente. Las funciones propias de un recién nacido abarcan el área cognitiva, lingüística, física y social, pero vayamos por partes.
El tacto, sin embargo, es el primer sentido que desarrolla un feto, sobre las 20 semanas. Por esto, un recién nacido es muy sensible a todo lo que toca y manipula y debe colocarse sobre el pecho de la madre o del padre inmediatamente después de nacer. En este contacto piel con piel también será cuando el bebé comience a utilizar su olfato, de tal manera que según algunos estudios, será capaz de reconocer el olor de su madre hasta el punto de que al sexto día puede distinguir su pecho entre el de otras mujeres.
Pero, para comunicarnos también debemos saber interpretar
los sonidos que recibimos. Como ya comentamos antes, un recién nacido es capaz
de reconocer la voz de sus padres entre las del resto. Estos pequeños pueden
hacer esto porque prestan especial atención a la voz humana, y según algunos
estudios, parecen preferir los tonos agudos propios de la voz femenina.
Parece mucha información para asimilar en los primeros minutos
de vida, ¿no? Bien, pues esto no es todo, porque el cuerpo humano está
preparado para mucho más. En el siguiente post conoceremos las habilidades motrices
que llevamos incluidas “de serie” y lo importantes que son para garantizar
nuestro correcto crecimiento y desarrollo.



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