Continuando con el interesante mundo de las hormonas, hoy
hablaremos de las feromonas. Son sustancias químicas secretadas por los seres
vivos con el fin de provocar comportamientos específicos e instantáneos en
otros individuos de la misma especie. Se producen de forma líquida y luego se
dispersan en el ambiente, llegando a los demás a través del olfato. Su funcionamiento
es evidente en algunas especies animales como los felinos o los ratones, pero
hay estudios que demuestran que también tienen influencia sobre el
comportamiento en humanos.
Es interesante que para este tema tengamos en cuenta el
testimonio de Michael Stoddart, un biólogo y zoólogo que lleva décadas
realizando estudios sobre este tema. Él dice que: “una feromona siempre tiene
el mismo efecto en el individuo al que va dirigida, de la misma forma que las hormonas
siempre producen un efecto específico en las personas. No importa si eres hombre
o mujer, joven o viejo, la adrenalina siempre acelera el corazón.” Mientras que
los mamíferos utilizan las feromonas continuamente para marcar territorio o
encontrar pareja, entre otras, los humanos no las utilizamos de manera generalizada.
Los olores que percibimos pueden modificar o cambiar nuestros comportamientos,
pero no reaccionamos químicamente a ellos, lo que significa que no
reaccionaremos de manera uniforme, sino que cada uno tendrá una respuesta
particular.
Las feromonas son un tema controvertido, en el que los científicos
no llegan a un acuerdo. Algunos estudios recientes demuestran que las mujeres sí
que son afectadas por estas hormonas, puesto que al inhalar una mujer esencia
de otra mujer, sus ciclos menstruales acaban sincronizándose. Sin embargo, esto
no es una prueba verídica de que las feromonas afecten al ser humano.
Sea como sea, esta duda a hecho emerger un gran negocio en
torno a las feromonas, con la creación de marcas que se dedican a la venta de colonias
con feromonas. Los anuncios de estos productos prometen efectos afrodisíacos
sobre tu pareja sexual, pero como ya dijimos, esto es algo que no se ha demostrado
todavía.
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