No quiero contar más ovejitas

Todos nos hemos levantado muy temprano alguna vez cuando éramos pequeños para ver algunos episodios de nuestra serie favorita desde primera hora de la mañana. Nuestros padres nos decían: “¿Qué haces despierto tan temprano?, deberías aprovechar para dormir…”, pero nosotros no le dábamos importancia. Seguro que también te has pasado alguna que otra noche en vela para poder estudiarte el último tema de tu examen del día siguiente. Estabas agotado, pero en el momento tampoco le diste importancia. Lo que no sabes es que, al crecer, tu perspectiva hacia el sueño cambiará por completo.

Muchos adultos hoy en día utilizan suplementos alimentarios buscando precisamente el dormir más y mejor. ¿Y cuál es el componente “mágico” de estos productos que tienen el poder de hacernos conciliar el sueño? Pues como no, una hormona.

La melatonina se encuentra de forma natural en nuestro cuerpo y se produce a partir del aminoácido esencial Triptófano, en la glándula pineal. Su función principal, como ya adelantamos, es la regulación de nuestros ciclos de sueño y vigilia. Lo que hace es controlar nuestro reloj biológico, viéndose influida por la luz. Por la noche, la luz disminuye, aumentando la cantidad de melatonina en nuestro cuerpo e induciéndonos el sueño, y por el día pasa lo contrario.

Además de esta, la melatonina también realiza otras funciones como estimular la secreción de la hormona de crecimiento, intervenir regulando nuestro apetito, actuando como antioxidante o mejorando nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, todas estas dependen de la primera, pues recordemos que nuestros niveles de melatonina están significativamente más elevados durante la noche, mientras dormimos, pero varían con la edad, como muestra la siguiente gráfica.



El sueño es una necesidad biológica que nos permite restablecer nuestras funciones fisio-psicológicas. Si disminuye la cantidad y/o la calidad de este, nuestro funcionamiento diurno se ve increíblemente afectado, disminuyendo nuestro rendimiento intelectual, nuestros reflejos o aumentando nuestra ansiedad. Nos sentimos mucho mejor en un día en el que hemos descansado bien que en uno en el que no hemos pegado ojo. Por esto mucha gente intenta ponerle remedio a su insomnio mediante el uso de fármacos. 

Últimamente no paramos de ver publicidad a cerca de medicamentos o alimentos que dicen ayudarnos a dormir porque llevan entre sus componentes melatonina, ¿Pero en qué medida son efectivos? Debemos decir que la melatonina ingerida sí que presenta efectividad, al contrario que otros suplementos de sustancias que produce de manera natural el ser humano, como el colágeno. No obstante, siempre debe consultarse a un profesional antes de tomar este tipo de productos, puesto que pueden hacernos experimentar ciertos efectos secundarios parecidos a los de la “resaca”: dolor de cabeza, mareos, náuseas y somnolencia.


En conclusión, podemos decir que el sueño debe ser algo prioritario para nosotros, igual que comer o respirar, y que debemos cultivarlo desde pequeños, con un hábito definido, para no tener problemas en el futuro. Si la noche anterior al examen todavía no te has aprendido el último tema, la opción más acertada es dejarlo como está y descansar bien, para por lo menos fijar correctamente los demás temas, que se supone que ya te sabes.

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URL fórmula melatonina

*Gráfica de elaboración propia con información obtenida de: http://reader.digitalbooks.pro/content/preview/books/35910/book/OEBPS/_Que_es_y_donde_se_produce_la_melatonina_69733.html 

URL dibujo chica con insomnio

URL bote de pastillas de melatonina

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