¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?

Una autobiografía es una narración de nuestra propia vida. Partiendo de esa base, podemos definir la memoria autobiográfica como aquella parte de nuestra fisiología cerebral que nos ayuda a recordar los acontecimientos que han tenido lugar en nuestro pasado, en un momento y lugar específicos. Está relacionada con los hechos que hemos vivido en diversos momentos de nuestra existencia, y puede aparecer en nuestras redes neuronales de varias maneras. Una de ellas sería mediante recuerdos que se nos presentan con todo lujo de detalles, mientras que la otra nos ofrecería un barrido general de la situación que se está re-memorando. La memoria autobiográfica es, en otras palabras, la percepción de nuestra identidad.

La memoria, una de las funciones mentales fundamentales, nos permite hacer resurgir el pasado en nuestra mente. En el caso del que estamos hablando, esta representa un conjunto de informaciones y de recuerdos propios de cada uno, acumulados desde el nacimiento, y que nos permiten construir un sentimiento de identidad. Según ha conseguido descubrir el investigador de la Universidad de la Comunidad Autónoma de Madrid, José María Ruiz-Vargas, los recuerdos autobiográficos están caracterizados por dos aspectos. El primero de ellos consiste en la relación con el yo: la parte que nos permite estructurar nuestra propia percepción y nos aporta una definición de nosotros mismos. Por otra parte, estos tienen una estructura narrativa, puesto que cuando evocamos experiencias personales del pasado lo hacemos como si estuviésemos contando una historia. Además, los recuerdos autobiográficos de los que hablamos son evocados incluyendo imágenes visuales y otras modalidades sensoriales, así como emociones, que pueden llegar a ejercer un fuerte impacto en la memoria.

Los estudios que se nos presentan acerca de este tema en la actualidad dejan ver que el recuerdo del pasado personal implica una experiencia subjetiva visualmente viva, emocionalmente intensa, y tiene un significado relevante. Además, se han relacionado con él ciertas implicaciones para la autoestima y el autoconcepto. A nivel neuronal, cuando vienen a nuestra memoria acontecimientos que tuvieron lugar en algún punto de nuestra existencia, tiene lugar una interacción múltiple y dinámica de las redes neuronales. Por lo tanto, existe una compleja relación bidireccional entre cognición y emoción. La memoria incrementa la emoción y, del mismo modo, la emoción mejora la memoria.

Sin embargo, como ya hemos comentado con anterioridad, la memoria no se puede ser visualizada como una caja fuerte, en la que nuestros recuerdos permanecerán seguros para siempre. De hecho, una de las áreas más exploradas en relación con la memoria autobiográfica consiste en su afectación por parte de las enfermedades neurodegenerativas y los trastornos de estrés postraumático. Entre las afectaciones más extendidas y mejor exploradas en relación con este tipo de memoria noes encontramos la Enfermedad del Alzheimer.

El Alzheimer produce un declive progresivo en la memoria autobiográfica. Este empeora con el tiempo, haciendo que en sus primeras etapas, la pérdida de memoria sea leve, pero a medida que avanza, las personas que la padecen pierden la capacidad de mantener una conversación y responder al entorno que les rodea. En la actualidad, a pesar de que las investigaciones trabajan para revelar todos los aspectos posibles acerca de la enfermedad, los tratamientos existentes no son capaces de modificar, detener o prevenir el avance neuro-biológico de la afectación, provocando que la supervivencia de las personas que lo padecen se encuentre entre los 4 y los 20 años.

En resumen, la memoria autobiográfica está íntimamente relacionada con lo que somos, pues tiene que ver con nuestras experiencia de forma general y detallada.

URL imagen abuela y nieta

URL imagen relación cognición y emoción

URL imagen recuerdos

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